Descripción
Hacer realidad Ángel de la Guarda ha sido posible porque una barcelonesa valiente escogió implicarse en su propio destino.
Con 14 años, Ana Salvador tuvo un accidente que le impidió caminar durante muchos meses.
Las secuelas le llevaron su atención hacia el calzado, que pasó de ser una mercancía a un objeto del cual ocuparse con mimo. Un día empezó a crear en su imaginación ese calzado ideal, una caricia por dentro y también por fuera.
Ahora, en su pequeño taller del Maresme y trabajando de forma absolutamente artesana, crea junto a su pareja, colecciones de zapatos para pisar con seguridad y disfrutar de cada paso.
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